CADÁVER EXQUISITO
¿Qué has hecho, Agustina? ¿¡Qué
has hecho!?
Había olvidado que algunas
lecturas te atraviesan y te dejan una cicatriz. Este es el caso de Cadáver
exquisito, novelón escrito por Agustina Bazterrica.
Nos encontramos con una distopía
terrorífica: en un mundo donde la carne animal ha dejado de ser segura para el
consumo humano, la sociedad se ve obligada a recurrir a otra fuente de
proteínas. La carne “especial” pertenece a humanos modificados genéticamente
para servir como ganado. Sí, el canibalismo aquí es legal. Pero te diré que
normalizar esta práctica no es lo más inquietante de esta historia.
Agustina te va introduciendo en
la trama a base de mazazos y crueldades. Todo está narrado desde una aspereza
inevitable, con una precisión lacerante, demostrándote que hasta la mayor de
las barbaridades puede ir filtrándose en nuestras vidas de forma progresiva y
sin que nos demos cuenta.
A través de Marcos, el
protagonista, sufrirás la deshumanización instalada en pequeñas decisiones
cotidianas, en convenientes justificaciones, en la indiferencia hacia el
sufrimiento ajeno. Es inevitable no reconocer en este libro injusticias de
nuestro propio mundo, un sistema que prioriza el dinero sobre la ética, que
silencia a las voces que no temen señalar las fallas humanas, esas que tanto
molestan porque son las únicas que no quieren mirar a otro lado.
En cuanto a la prosa, es áspera
y cruda, justo lo que esta historia necesita. Nada de florituras ni
descripciones excesivas. No son necesarias para transmitirte el horror o la
belleza de una escena. En mi opinión, es una novela que funciona perfectamente,
entre otras cosas, por el ritmo y por lo implacable que es el tema que maneja
en el trasfondo. De verdad que te deja sin aliento. Algunos fragmentos están
diseñados para destrozarte, aunque también hay momentos de una ternura casi
dolorosa. Te harás muchas preguntas, algunas de lo más incómodas, y te
cuestionarás tu propia humanidad, vaya si lo harás. Confieso que su final me
estremeció.
Una novela abrumadora, nada
fácil de digerir —nunca mejor dicho—, pero quizá ese sea precisamente su
propósito: obligarnos a confrontar verdades que preferiríamos ignorar.
Cadáver exquisito, canela en
rama. Canela de la buena.
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