MEMORIAS DE UN COLECCIONISTA DE ALMAS
Desde que empecé a participar en grupos de lectura, el nombre de Ager Aguirre ha aparecido con la frecuencia propia de aquellos autores que gozan del aprecio genuino de su público. En esta sociedad tan extraña y fascinante, esos afectos no son gratuitos; por lo que mis reflexiones eran claras: o Ager Aguirre es una persona encantadora, o su prosa es excepcional. Decidida a descubrir el porqué de tanta admiración, no dudé en participar en el sorteo de uno de sus libros cuando se presentó la oportunidad. Y tuve la suerte de ser la afortunada en ganar “Memorias de un coleccionista de almas”. Me ha cautivado la manera en que Ager te desafía a cuestionar ciertos aspectos, especialmente el frágil equilibrio entre deseo y moralidad. En “Memorias de un coleccionista de almas”, lo hace mediante una premisa intrigante: la existencia y captura de almas humanas. Y como si la idea no fuese ya lo suficientemente seductora, Ager emplea un estilo descriptivo, propenso a la reflexión, con una narra