NOS ENCONTRAREMOS EN EL FIN DEL MUNDO
Acabo de terminar de leer “Nos encontraremos en el fin del
mundo”, escrita por la preciosa Teresa Pérez Landa, y aún estoy digiriéndola.
Es una novela que combina romance y misterio, todo eso envuelto
en una fuerte carga emocional, y la trama gira en torno a Zaquiel Rocha, un pianista
atrapado en una profunda crisis creativa que lo lleva a buscar inspiración y
tranquilidad en el Pazo das Águedas, un lugar que inevitablemente te conduce a esas
historias góticas que tanto amamos los seres oscuros. Sin embargo, lo que Zaquiel
encuentra allí se aleja bastante de la calma que necesitaba para trabajar.
El viaje del protagonista comienza como el de cualquier músico
en busca de inspiración. Está sufriendo un bloqueo creativo y cree que
alejándose del bullicio logrará concentrarse. La elección del pazo como
escenario no es accidental; de hecho, Galicia, con esa aura mágica, hogar de meigas
y otras leyendas, se convierte en el entorno perfecto para esta historia que
mezcla elementos sobrenaturales y cuestiones muy humanas.
A medida que Zaquiel va descubriendo los secretos del Pazo
das Águedas, la novela cambia de rumbo y pasa de ser una simple historia de
superación personal a una trama enredada en misterios familiares, amores
imposibles y fes contrariadas. El lugar no sólo está “embrujado”, sino que
guarda una historia trágica que enlaza el destino del personaje con fuerzas
mucho más antiguas de lo que imaginaba. Esta transición está muy bien lograda
por parte de Teresa, que es muy diestra manejando los giros, los cambios de
escenario, los tiempos y la intensidad narrativa sin abrumarte ni confundirte.
El misterio se va desvelando poco a poco, manteniendo la
intriga y la tensión sin perder el enfoque en el desarrollo de los personajes. El
estilo es fluido y adictivo, y hace que todo te llegue de manera clara y
directa. Esto es un mérito importante, porque muchas historias que emplean
saltos en el tiempo pueden volverse confusas o desordenadas, pero este no es el
caso; aquí todo circula con naturalidad y arriba a buen puerto.
Más allá del romance y el misterio, la novela tiene un
trasfondo filosófico sensible y muy bien desmenuzado. Teresa aborda temas como
la soledad, la frustración y la rabia, así como el amor incondicional. En
particular, la reflexión sobre la figura del diablo es intrigante: lejos de ser
un villano clásico, aquí se presenta como una entidad maltratada y castigada
por amar al ser humano en toda su complejidad.
Por otro lado, este enfoque sobre el diablo también nos habla
de redención y de cómo el amor, en su forma más pura, trasciende el bien y el
mal. El concepto de que Dios ama a todos sus hijos, sin distinción, añade una
nota esperanzadora y optimista a la obra, convirtiéndola en una oda al amor
verdadero y a los vínculos entre los seres humanos, capaces de superar las barreras
del tiempo, del dolor y otras tantas vicisitudes inherentes a la vida.
Vamos, que esta novela tiene de todo: personajes bien
construidos, una trama cargada de misterio, un romance atemporal, un escenario
perfecto, frescura, dinamismo y un trasfondo reflexivo que la eleva a algo más
que un simple romance.
Me ha gustado mucho la capacidad de Teresa para mezclar lo
sobrenatural con esos elementos tan inevitables de nuestra especie, a veces tan
imperfecta, a veces tan virtuosa, y agradecí que lo hiciera desde la sencillez,
porque en una historia como esta es fácil dejarse arrastrar por la necesidad de
explicar de más, y sin embargo ella logra hacerlo de forma impecable.
No puedo más que felicitarte, querida Teresa, por este libro
maravilloso y lo recomiendo a cualquiera que busque una historia intensa,
apasionante y llena de emoción. ¡Seguiré leyéndote, guapérrima!
Mil gracias por esta reseñaza Saray. Me alegro infinito de que te hayas decidido a entrar en el Pazo das Águedas y hayas disfrutado. Esto es una ración extra de energía de la buena para seguir escribiendo. Gracias mi linda. ⚡️🖤🖤🖤😘
ResponderEliminarLa he disfrutado muchísimo. He quedado gratamente sorprendida. Enhorabuena, mi niña. Escribes genial!
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