MEMORIAS DE UN COLECCIONISTA DE ALMAS

 


Desde que empecé a participar en grupos de lectura, el nombre de Ager Aguirre ha aparecido con la frecuencia propia de aquellos autores que gozan del aprecio genuino de su público. En esta sociedad tan extraña y fascinante, esos afectos no son gratuitos; por lo que mis reflexiones eran claras: o Ager Aguirre es una persona encantadora, o su prosa es excepcional. Decidida a descubrir el porqué de tanta admiración, no dudé en participar en el sorteo de uno de sus libros cuando se presentó la oportunidad. Y tuve la suerte de ser la afortunada en ganar “Memorias de un coleccionista de almas”.

Me ha cautivado la manera en que Ager te desafía a cuestionar ciertos aspectos, especialmente el frágil equilibrio entre deseo y moralidad. En “Memorias de un coleccionista de almas”, lo hace mediante una premisa intrigante: la existencia y captura de almas humanas. Y como si la idea no fuese ya lo suficientemente seductora, Ager emplea un estilo descriptivo, propenso a la reflexión, con una narrativa maravillosa. Logra ser inquietante sin recurrir a los clichés habituales del género, lo cual, para lectores exigentes, es un gran punto a su favor.

La estructura del libro te permite una inmersión profunda en la psicología del protagonista: un joven que desarrolla una obsesión por capturar y coleccionar almas. Inteligente y excéntrico, este personaje se convierte en una criatura particular que no busca el horror, sino la belleza intrínseca del alma humana. Por supuesto, esto no justifica sus actos; si acaso es un elemento que lo convierte en una de esas figuras perturbadoras a las que tratamos de comprender en vano. Nos cuesta aceptar estas cosas sin tratar de buscar un modo de digerirlas, aunque la razón nos grite que no es posible hacerlo.

La búsqueda de la identidad, la eterna dicotomía entre el bien y el mal, y el cuestionamiento de la existencia del alma son temas tratados de manera exquisita en la novela. Es, sencillamente, un modo delicioso de atraerte como la luz atrae a las polillas.

Si disfrutas de la literatura con un profundo trasfondo psicológico, “Memorias de un coleccionista de almas” es una opción ideal para ti. Mención especial merece la edición ilustrada, enriquecida con las imágenes de Noemí Alonso Frechilla.

Gracias, Ager. Ha sido un placer conocerte y comprobar que el cariño y la admiración de tus lectores están más que justificados. ¡Seguiré leyéndote!

 


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