Kray
Este es Kray. Recuerdo como si fuera ayer el día que lo incluimos en la familia, hace 12 años ya. Era (y aún es) un mimoso y el más consentido de la casa. Siempre se pone algo alterado cuando hay tormenta, y creo que el trauma le viene desde que era un cachorrito. El día de la foto tuvimos que cogerlo en brazos en plena noche porque le aterraban los truenos. Encendimos la chimenea y pasamos uno de esos ratos bonitos en familia. Fue algo improvisado, sin grandes detalles; sólo nosotros junto a un perro que tenía miedo de una tormenta. Supe entonces que no me había hecho con una mascota, sino con un compañero. Solía quedárseme dormido encima, lo cual, aunque pueda parecer una cursilada, resultaba más agradable para mí que para él. Y sí, tengo la casa y la ropa llena de sus pelos, me gasto más en sus medicinas para la alergia que en caprichos personales y adoro ver cómo corre en sueños (aunque me lleve alguna patada que otra). Es, sin duda, uno de los mejores compañeros de vida que he tenido, y me alegro enormemente de haberlo encontrado en el camino.
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