Contrariado silencio
Aguacero de metal caliente
recorre el interior de mi boca,
sangre hirviendo a contracorriente
mientras el corazón se desboca.
¡Qué desorden almacena el torrente!
Tan desaforado, tragando derrota.
Niño curioso que abraza imprudente,
angustia que, en vano, sofoca.
¿Qué pasará mañana cuando, valiente,
me domine el verso de vergüenza rota?
¿Acaso la voz surgirá potente?
¿Acaso volverá en un eco de roca?
Qué importará el murmullo de la gente
si la verdad en silencio desangra y trastoca.
Montaña de sed que abate insolente,
justicia salvaje que mi alma invoca.
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