Crece, hiedra salvaje, elévate hasta donde alcancen tus hojas. Ignora hosquedades, piedras y vendaval, que para cuando rujan las antífonas como perros rabiosos tú ya no podrás oírlas.
A ver cómo explico yo lo que me ha pasado con este clásico... Supongo que una buena forma de hacerlo es decir que ha sido una experiencia… ambivalente. Durante buena parte de la novela —más de la primera mitad— me aburrió soberanamente. Llámame rara, pero cuando se dedica página y media a describir los atuendos de los invitados de una boda, me da por resoplar y contar los minutos que dedico a la lectura. Sí, lo reconozco: soy una lectora impaciente. Aun así, cuando se trata de clásicos me pongo las gafas de la época y trato de mimetizarme con el entorno y la forma de pensar de los personajes; ni siquiera de esta forma fui capaz de dejarme llevar por el ritmo pausado y esa cotidianidad gris que el autor manifiesta a cada rato en el escenario rural. Sin embargo, y como suele suceder con los mejores trucos de magia, no fue hasta casi el final que todo cobró una fuerza inesperada gracias a la enorme carga trágica que hace de este un clásico indiscutible y que justificó el sufri...
Hay historias que llegan como una marea: primero te mojas con cuidado los pies, por miedo a que el agua esté fría; luego, agradeces haber tomado la decisión de dejarte arrastrar por el oleaje, atendiendo a las profundidades con los ojos de un niño inquieto. Eso mismo he sentido con Las sirenas no existen, la nueva novela de mi adorable compi de letras Naviru Shorno. Después de haber leído el resto de sus obras, todas especiales a su modo, bien escritas y llenas de esos elementos que hacen de un argumento algo especial, esperaba un nivel bastante alto. Y no me he equivocado. ¡Qué disfrute! María Antonia, protagonista de esta historia, te va a crujir el alma, te hará reír, te generará ternura. Eso sí, te contará los eventos más cruciales de su vida desde una energía absorbente. Y tú leerás con una sed inusitada, ávido de saber más y más. Siempre he dicho que mi libro favorito de Navi es No soy un zombi: La masía Colometa —y sigo creyendo que es una novela fantástica, mis si...
Este libro de mi queridísima Eba Martín Muñoz llevaba tiempo haciéndome ojitos entre mis lecturas pendientes, así que, después de acabar mi anterior lectura, decidí que ya era el momento. ¿¡Por qué no lo habré leído antes!? No iba a ciegas: aparte de las innumerables valoraciones positivas que he visto de esta y otras obras de Eba, ya había leído Que el monstruo no te atrape y Todo el mundo es gili… —mejor no escribo el título completo, que Internet se ha vuelto un lugar plagado de minas antipersona y a nadie le gusta sufrir la censura, pero ese es un tema del que mejor hablamos en otro momento—. Así que ya sabía que tenía entre manos un título de calidad y, como mínimo, entretenimiento del bueno. Sin embargo, no esperaba toparme con una historia tan fantástica. Creo que, antes de compartir las bondades de esta novela, será mejor que te cuente un poco de qué va, siempre sin spoilers, para que puedas descubrirla por tu propia cuenta si decides leerla. Qué demonios, no tienes q...
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