SONRISAS
Cris de la Torre llegó a mi vida para quedarse, primero, por su preciosa personalidad; segundo, por su capacidad creativa, que desde ya te adelanto no es poca. Nuestra primera toma de contacto fue charlando de Jane Austen en Nigromantes Literarios —corre a escucharlo, si te lo perdiste—, y tan fascinante me resultó cuanto decía, desde esa seguridad de quien sabe de lo que está hablando, de su profundo amor por la literatura, que me dije: «no pierdas de vista a esta chica, Saray. Estoy segura de que, cuando menos te lo esperes, te sorprenderá con una historia de su autoría». Y no me equivoqué. Ya había leído algún escrito de esta señorita —privilegios que entraña la amistad—, pero desconocía su capacidad para enfocarse en el género que más amo. La fluidez de la trama ya me la esperaba, puesto que Cris tiene soltura de sobra para narrar, pero que me atrapara con tanta rapidez sí fue toda una sorpresa. De las gratas, de las que te piden saber más. Y seguir leyendo. Y desear que ...