LA SERPIENTE EN CASA
Acabo de terminar “La serpiente
en casa”, de la espectacular Victoria F. Leffingwell —mi querida Vicky—, a
quien le debo muchas lecturas aún, ya que es una escritora muy prolífica y
tiene casi una veintena de libros en el mercado. Todos ellos me están haciendo
ojitos, pero pasito a pasito. El año pasado leí “La vuelta al mundo de una nómada” y me dejó loquísima. No me extraña que quedara como una de las
finalistas del Premio Literario de Amazon en 2023. “Geomancia y huevos fritos”
es su nuevo bebé, así que te recomiendo que vayas corriendo a leerlo.
Pero hoy quiero hablarte de “La
serpiente en casa”. Esta novela se mueve entre diversas décadas y escenarios
variados de la España de la posguerra. La historia comienza con el misterioso
asesinato de Juan Carlos, un hacendado de la región, y a medida que se
desarrolla la trama, nos vamos enredando en un entramado de secretos y
personajes de lo más interesantes.
Me ha encantado el modo en que
Vicky maneja la línea temporal, cambiándola a su antojo sin que afecte en
absoluto al desarrollo de la historia; de hecho, lo hace con tal fluidez y
naturalidad que es un elemento destacado de la narración, casi un recurso estilístico.
En cuanto los personajes,
perfectamente construidos, son la guinda en este thriller histórico. Todos
están bien situados en cuanto a contexto y realidad social. En ese sentido,
Vicky aporta una buena dosis de autenticidad, aparte del misterio que tan ambiciosamente
va armándose página tras página. Me gusta que cada sujeto tenga sus claroscuros
y que a través de ellos se trasladen cuestiones de la ética reinante de sus
respectivos tiempos, como el papel de la mujer, limitado a unos pocos
estereotipos.
Así que ya lo sabes, si te
apetece leer una novela de misterio, que además retrate con maestría a la
España de la posguerra, llena de matices y con una historia de las que no te
deja respirar, te recomiendo “La serpiente en casa”. Ha sido un absoluto placer
volver a disfrutar del talento de Vicky, a quien deseo todo el éxito del mundo
porque la calidad de sus libros y también su gran humanidad lo merecen.
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