MIS INSOLENCIAS

  La fantasía ha sido siempre un elemento crucial en el arte. Nos permite vivir aventuras increíbles sin necesidad de levantarnos del sofá. Pero más allá de lo literario, este género nos permite escapar de una realidad a veces demasiado cruda y monótona. Una dosis de magia, por pequeña que sea, es capaz de sanar las heridas del día a día. “La Profecía de los Elfos”, novela escrita por la maravillosa María Ponce, ha conseguido adentrarme en una de esas experiencias bonitas y llenas de encanto. Y es que María no es sólo una escritora genial, sino una persona llena de bondad y talento que ha sabido plasmar en su libro una historia de las que dejan huella. El título ya nos avanza que vamos a encontrar algo jugoso. La trama nos sumerge en un mundo donde una profecía lo ha cambiado todo: el equilibrio se ha roto y la especie humana se ve obligada a mantenerse en la sombra. La protagonista, Dalia, es una joven tenaz —y un poco cabezota—, que acaba viviendo una experiencia épica junto al

  ¿Existe terapia más efectiva que la risa para curar las heridas del alma y desenredar los nudos que se empeñan en comprimirnos la garganta? En un mundo saturado por la tragedia y la desconexión humana, el humor emerge como un refugio necesario, un mecanismo que nos invita a mirarnos mutuamente y examinarnos desde ángulos donde el ridículo o la vergüenza tienen el acceso restringido. La novela “Todo el mundo es gilipollas”, de Eba Martín Muñoz, nos abraza con su poderoso ingenio, sarcasmo y todo un mundo de delirios. La historia nos presenta a Mikel, un vendedor de zapatos con ambiciones literarias, que se va a topar con situaciones francamente cómicas —aunque es probable que él no lo vea del mismo modo—. De llevar una existencia anodina a embarcarse en un viaje multidimensional épico, Mikel va a enfrentar cada situación con una brutal irreverencia, cosa que lo hace un personaje sumamente magnético y memorable. La novela coquetea con la fantasía urbana, la ciencia ficción, los v

  Si alguna vez has escuchado una canción que permanece en tu mente mucho tiempo después de que haya terminado, entenderás el magnetismo de “Cuando los cisnes lloren”. Y Elisabeth Cortés Barrera lo ha logrado gracias a una fusión muy equilibrada de géneros, pasando de la fantasía más convencional, al drama, al romance e incluso a un registro oscuro que me ha gustado especialmente. No soy de las que se andan con rodeos: este libro me ha encantado. Es tan rico en matices que me parece casi indecente llamarlo “novela” sin más.   En realidad, Elisabeth ha creado una dimensión paralela, y la experiencia allí es tan singular que, una vez cruzas, lo que encuentras se adhiere a ti indefectiblemente. En la isla mágica de Arho, la comunidad Simettalin está unida por un destino ineludible. Al vivir en una aldea sostenida por una consciencia colectiva, los Simettalin han aprendido a valorar el optimismo, la superación y la hermandad como sus mayores tesoros. Pero no todo es tan idílico como pa

  La literatura funciona como un portal, catapultándonos fuera de la rutina diaria hacia territorios sin cartografía. Con “Crónicas Anómalas”, Pablo Cabrera no se limita a ofrecernos una invitación para hacer este viaje extraordinario; nos guía en una aventura inigualable a través de la complicada psique humana. Desde las primeras páginas queda claro que esta obra es más que un simple compendio de narraciones. Como hábil creador de historias, Pablo ejerce un dominio sobre el lenguaje comparable al de un virtuoso que transforma acordes en sinfonías: convierte las páginas y las letras en un escenario dinámico, una estupenda propuesta que une destinos e introspección. En “Crónicas Anómalas” no sólo encontraremos miedo, desesperación y éxtasis, sino también la amplitud del espectro humano, desde nuestras pasiones más tenebrosas hasta nuestros deseos más genuinos. Y aquí no acaba lo bueno. Ya sea indagando en los límites sociales, en la identidad grupal o en los entresijos éticos del