El salto

 


La lengua bífida del tiempo, la que engaña con afilado verbo de fraude, no deja de atosigarme. Cuenta fábulas de logros y virtudes, invitándome a saltar al vacío, y yo, fingiendo estar al margen de la cordura y también de la consecuencia, asiento a todo cuanto dice, manteniendo la ridícula esperanza de que esta vez la caída será indolora.

Comentarios

Entradas populares de este blog

REFUGIO PARA MONSTRUOS

LO QUE QUEDÓ DE NOSOTRAS

EL LABERINTO DE LA ARAÑA