Perdiendo la razón

 

Tu cabello es secreto al aire desnudo,  
tinta que flota cual delirio incierto  
dibujando camino eterno hasta tu pecho,  
delicada caída sobre los hombros rudos.  
Cada fibra urge a descubrir lo impuro,  
semilla que nutre tu boca en esta cama  
y germina en la mía con un verbo silente,  
invoca el estallido de guerra y de flama,  
y gritas, y dueles, y las ruinas advierten  
que ahora tus manos mi cuerpo reclaman,
pero tal vez mañana no lo recuerden.  
Es tu cabello sentencia que domina,  
la promesa oscura de perfecta comunión.
Polvo estelar y conjunción divina  
cuyo empeño es arrancarme la razón. 

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