Lo que queda después

 


Me atraviesas hoy, soledad, 
disfrazada de consuelo 
y sublime primavera.  
Y sonríen las aceras 
exhibiendo sus pañuelos 
de impoluta castidad.  
 
Me atraviesas hoy, desazón, 
músculo vacío de gloria 
y pacto envilecido, 
pronunciando el estallido 
que mastican las auroras 
ocultas en el corazón.   
 
Me atraviesas hoy, dolor, 
con murmullo de fiesta 
y música de patraña, 
por mucho que las entrañas 
lloren mil protestas 
al rescatar su olor.  
 
Me atraviesas hoy, hastío, 
resbalando en hondonadas 
que no conocen fin. 
El mundo ahora es así:
un circuito hacia la nada, 
ruina flotando en el vacío. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

REFUGIO PARA MONSTRUOS

LO QUE QUEDÓ DE NOSOTRAS

EL LABERINTO DE LA ARAÑA