EL HOMBRE QUE FUE JUEVES

 


Hace algún tiempo decidí leer al menos un clásico al mes que no perteneciera al género de terror, y debo admitir que ha sido una elección acertada. Encontré un ejemplar de “El Hombre que fue Jueves” de G.K. Chesterton y me lancé a la aventura. Como dicen que lo bueno se comparte, aquí les traigo mis impresiones.

Esta novela es bastante peculiar; de hecho, resulta difícil clasificarla en un solo género. ¿Se trata de suspense? ¿Ensayo filosófico? ¿Novela de espías? ¿Comedia? La respuesta es sí a todo. La trama podría considerarse policiaca, pero mezclada con elementos de fantasía y hasta un toque metafísico. Y si esta reseña ya empieza con conceptos tan ambiguos, no te quiero contar lo que sucede cuando te enfrentas al libro.

Gabriel Syme, el protagonista de la historia, es un poeta que se une a las fuerzas policiales con el propósito de defender valores que la sociedad parece haber olvidado: la responsabilidad, la ética, la rectitud... A través de su transformación de artista pensador a detective, Syme es asignado para infiltrarse en el Consejo Central Anarquista, una alianza de siete individuos excepcionales, cada uno identificado por un día de la semana. El líder del Consejo es el enigmático y descomunal Domingo, cuya apariencia intimidante lo hace aún más misterioso. Syme se une al Consejo con la misión de sabotear sus malvados planes desde dentro, en especial para poner freno a los proyectos del gran conspirador.

Chesterton nos presenta en "El hombre que fue Jueves" una narración onírica repleta de contradicciones fascinantes. Los siete hombres de esta congregación tan particular tienen el poder de destruir el mundo, pero su mejor estrategia para mantenerse ocultos es no esconderse en absoluto. A los tranquilos ciudadanos de un Londres espectral, les parecen simplemente siete sujetos que conversan en la terraza de una cafetería: uno anciano, otro nervioso, otro con problemas de vista… Hablan de temas cotidianos como la familia, los gobiernos y cómo poner fin a la familia y los gobiernos. Muy civilizado todo, ¿verdad? Mientras planean sus próximos movimientos, Syme no teme por el presidente o el monarca. Por quien más teme ahora es por sí mismo.

La trama se vuelve más enrevesada todavía cuando Syme es perseguido por un viejo renqueante a través de un entramado de calles. Ahí se da cuenta de que a partir de ese momento nada de lo que le pase será lo que parece. Se encontrará con impostores que se disfrazan de otros impostores, marqueses que participan en duelos y reciben heridas en el cuerpo sin derramar ni una sola gota de sangre, y otros personajes igual de extravagantes.

La esencia de la novela radica en la tensión que emanan los personajes, en un conflicto interno tan poderoso como la mejor trama, que se apoya en un aspecto espiritual e ideológico. Las fuerzas del mal están por todas partes, y el mundo entero se vuelve sospechoso. Los policías asumen la responsabilidad de luchar contra algo de lo cual ellos mismos forman parte, cayendo en el juego impuesto por el Domingo, una especie de dios cuyo propósito real nadie conoce con exactitud, pero al que todos siguen aun sin comprender sus verdaderas intenciones.

Chesterton, con una imaginación desbocada y una habilidad narrativa extraordinaria, nos guía a través de una historia donde no importan ni la verdad ni la verosimilitud, sino la sorpresa. Su estilo se caracteriza por el sarcasmo, el humor y un gran número de paradojas. En "El hombre que fue jueves" utiliza la literatura fantástica y la filosofía para indagar en temas profundos como la unidad social y el valor de la palabra; el honor y las raíces; las apariencias y la hipocresía; el pueblo y los poderosos; la autoridad y la libertad de pensamiento.

Esta novela es una obra maestra. Al combinar elementos del género policial con literatura surrealista, Chesterton logra construir un universo en el que los personajes se ven envueltos en un enfrentamiento entre el bien y el mal —dicotomía frecuente en los libros de su tiempo—, y para lograr su propósito utiliza un sinfín de simbolismos, diálogos riquísimos y personajes de lo más interesantes. Me ha parecido una obra ingeniosa, muy entretenida y una magnífica manera de reflexionar sobre temas que solemos aparcar debido al ritmo frenético que ha adoptado nuestra vida de un tiempo a esta parte. Este es un libro que invita a la pausa, a masticar las ideas, a buscar entre sus líneas algunos tesoros escondidos.

¿Conoces la obra de Chesterton? ¿Qué opinas de las novelas que fusionan registros tan dispares?

Comentarios

  1. Una reseña inmejorable sobre un escritor quizá menos conocido en la actualidad de lo que merece. yo he tenido la dicha de encontrar ese libro hace unos días, en un rincón de mis estanterías. No sabes cuánta felicidad me produjo tener la posibilidad de releerlo.

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    1. Vas a disfrutar cosa mala! Es un libro genial, de los que te dejan instalado en sus páginas durante días, incluso tras haber acabado su lectura. Abrazos, amigo!

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