VIII

 





Hoy se abren paso las maneras ominosas del desencanto,

anhelando ese universo que estalla diminuto
en la savia de tus labios.
Calor despechado que derrite la escarcha,
que altera pupilas y mareas,
deshace verbos del fracaso
y mata llagas de traición.
Sea tu beso mandato y consecuencia;
sea escudo de luz frente al ocaso.

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