Hay historias que llegan como una marea: primero te mojas con cuidado los pies, por miedo a que el agua esté fría; luego, agradeces haber tomado la decisión de dejarte arrastrar por el oleaje, atendiendo a las profundidades con los ojos de un niño inquieto. Eso mismo he sentido con Las sirenas no existen, la nueva novela de mi adorable compi de letras Naviru Shorno. Después de haber leído el resto de sus obras, todas especiales a su modo, bien escritas y llenas de esos elementos que hacen de un argumento algo especial, esperaba un nivel bastante alto. Y no me he equivocado. ¡Qué disfrute! María Antonia, protagonista de esta historia, te va a crujir el alma, te hará reír, te generará ternura. Eso sí, te contará los eventos más cruciales de su vida desde una energía absorbente. Y tú leerás con una sed inusitada, ávido de saber más y más. Siempre he dicho que mi libro favorito de Navi es No soy un zombi: La masía Colometa —y sigo creyendo que es una novela fantástica, mis si...
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